Cómo conservar el vino: guía completa
Disfrutar del vino es todo un arte, donde se combinan todos los sentidos para gozar del color, el aroma y el sabor que deleita al paladar. Sin embargo, cuando una botella de vino no se conserva adecuadamente, sus características pueden llegar a cambiar drásticamente.
Los enólogos y somellieres consideran que el vino es dinámico y todo su entorno afecta la forma en que se manifiesta cuando lo degustas. Hay vinos jóvenes, los cuales se deben tomar antes del año para disfrutarlos a plenitud o los de reserva que van madurando con el tiempo.
Si tienes una colección de vino y quiere garantizar que mantienen su cuerpo y aroma hasta que sea el momento de abrirlos, tienes que aprender a conservarlos. Aquí encontrarás una completa guía que te ayudará a conservar el vino de forma ideal.
Condiciones óptimas de conservación del vino
El vino es un elemento vivo que va evolucionando con el tiempo y se ve afectado por las condiciones que lo rodean. Por tanto, cuando quieres conservar una pequeña reserva en casa, hay que lograr un ambiente que ayude a mantener su cuerpo y sabor hasta el momento de degustarlo.
Para que los caldos conserven su integridad, debes tomar en cuenta desde los materiales de los muebles donde los colocas, la ordenación hasta la luz que incide sobre estos. Por tanto, te invito a seguir las siguientes recomendaciones para lograr una conservación óptima de tu vino:
Orientación
Ya sea que tengas un espacio especial dedicado exclusivamente al vino o hayas optado por una vinoteca, debes planificar el mejor lugar para colocarla. Uno de los principales factores a considerar es que no reciba directamente la luz solar, ya que los caldos se verán afectados tanto por los cambios de temperatura como por la iluminación.
De ser posible, elige un lugar sombreado con orientación hacia el noreste, debido a que no habrá fluctuaciones importantes en las condiciones ambientales. Preferiblemente, un sótano o un sitio aislado, con accesibilidad sencilla para llegar hasta los vinos.
Humedad
Lo ideal es que el espacio donde colocas el vino, tenga una humedad que oscile entre el 60 a 75%, máximo 80%. Si el ambiente que rodea a las botellas es muy seco, puede que los corchos se resequen y se encojan permitiendo el paso del aire al interior, lo que puede llegar a causar la oxidación del vino.
Si por el contrario la humedad es excesiva, las condiciones serán propicias para el desarrollo de hongos y bacterias que terminarán dañando el caldo. En lugares con mucha humedad, es recomendable almacenar en cajas de madera y siempre es conveniente tener un higrómetro para controlar que los rangos son adecuados para conservar el vino.
Iluminación
Muchas personas desconocen que el vino es muy sensible a los rayos UV, ya que producen fotoxidación, dañando su sabor. Esto sucede tanto con la luz solar como artificial y es la razón por la que los vinos de reserva se almacenan en botellas más oscuras que los de crianza y los jóvenes.
Las vinotecas suelen contar con cristales polarizados que evitan el paso de los rayos UV y en la bodega o armario, debes bombillas de neón o aquellas con potencia menor a los 75 W. Si no tienes estos cuidados, el vino tendrá un sabor sulfuroso que es conocido por los expertos como “gusto a luz” y podrás perder toda tu colección.
Aireación y aislamiento
En el área de almacenamiento del vino debe haber una buena circulación del aire, a fin de evitar que se acumule excesiva humedad. Asimismo, esto evitará que se generen olores fuertes, los cuales pueden pasar al vino a través del corcho.
Por lo anterior, debes ser muy cuidadoso de colocar solamente botellas de vino en el sitio de almacenamiento. Si lo haces junto a otros productos alimenticios como quesos o charcutería, estos sabores pueden penetrar a la botella y alterar el sabor del vino.
Estabilidad
El vino se debe conservar en un sitio donde no ocurran vibraciones que afecten a las botellas, debido a que esto puede hacerlo evolucionar más rápido que de modo natural. Cuando esto ocurre, se dice que el vino está fatigado y por tanto pierde características en cuanto aroma y sabor.
La bodega, armario de vinos o la vinoteca nunca deben estar cerca de equipos que vibren así como en garajes, donde el movimiento de los coches pueda afectarlos. Asimismo, no conviene que en el área se generen gases que lleguen a penetrar el corcho.
Material de los estantes
El vino va cambiando con el tiempo y por esto se ve afectado por cada detalle en su almacenamiento, incluyendo los materiales de los estantes donde se colocan. Lo más recomendable es que estos sean de metal, piedra volcánica o madera, debido a que regulan los cambios de temperatura y atenúan las posibles vibraciones del entorno.
La madera es la mejor opción cuando el entorno presenta cambios de humedad, ya que la mantiene más estable. No obstante, debes evitar muebles pintados o barnizados, debido a que los olores que desprenden pueden penetrar al interior de la botella por el corcho.
Organización de las botellas
La manera en que arreglas los vinos en tu bodega o vinoteca también es clave para lograr una conservación óptima. Siempre se debe colocar en posición horizontal, para garantizar que el corcho se mantenga húmedo en todo momento, a excepción de los espumosos que deben estar en vertical para conservar mejor el gas carbónico.
Además, los vinos deben ordenarse en la bodega según la temperatura óptima de conservación, por lo que debes tener un termómetro. Y no olvides identificar cada estante y organizar las botellas ya sea por tipo de vino, bodega o regiones, para que los localices rápidamente.
Temperatura ideal para la conservación del vino
Toda va a depender del tipo de vino, ya que no es lo mismo un espumoso que un tinto o un blanco. Lo ideal es un rango entre 12 a 15 ° C para la mayoría y, en general, se toleran variaciones de 2 a 3 ° C sin que se vea afectada la calidad de los caldos.
Toma en cuenta que temperaturas muy altas van a acelerar el envejecimiento del vino y, por tanto, que este no llegará a alcanzar su potencial. Mientras que una temperatura muy baja va a retardar el proceso y también terminará afectando tanto el sabor como el aroma.
Un factor primordial es evitar variaciones bruscas de temperatura tanto durante el día como en el transcurso del año. Por esto, nunca coloques tus botellas de vino cerca de un radiador, motor o cualquier fuente de calor y utiliza algún sistema de climatización para mantener la temperatura estable en todo momento.
¿Cómo guardar vinos tintos?
De manera general, debes seguir las mismas indicaciones que para cualquier otro tipo de vino, pero hay algunos matices en cuanto a la temperatura. Los tintos jóvenes se conservan mejor a unos 9 ° C, mientras que uno de crianza irá muy bien a los 14 o 15 ° C y los reserva y gran reserva se expresan mejor en torno a los 16 hasta 17 ° C.
Estos vinos suelen ser menos sensibles a los procesos de fotoxidación, pero también es recomendable protegerlos de la luz. Con respecto a la posición, algunos sumilleres y enólogos indican que si vas a consumirlo en poco tiempo, conviene dejarlo en posición vertical para que cualquier sedimento vaya al fondo, y en horizontal para una conservación a más largo plazo.
¿Cómo guardar vinos blancos?
Son vinos bastante sensibles a los rayos UV, por lo que se debe evitar que reciban iluminación directa de cualquier fuente. Las botellas deberían ser verdes para una mayor protección de la luz y colocar en ambientes oscuros.
Con respecto a la temperatura, se conservan mejor entre los 8° C cuando son muy dulces hasta los 12 ° C si se trata de un blanco seco. Por tanto, toma en cuenta la gradación de temperatura de la bodega o la vinoteca y coloca el vino blanco en las zonas con la temperatura más baja.
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¿Cómo guardar vinos rosados?
Muchos amantes del vino consideran que los rosados se deben consumir antes del año luego de su producción. No obstante, hay algunos de guarda que pueden mantenerse entre 2 a 5 años, similar a los vinos de crianza, aunque es uno de los más delicados en su conservación.
Debes tener especial cuidado con protegerlo de la luz y las vibraciones, a fin de no alterar su cuerpo y aroma. Con respecto a la temperatura, los rosados se mantienen mejor entre los 10 a 12° C, por lo que te recomiendo ubicarlos en estantes intermedios de la bodega.
¿Cómo conservar una botella de vino tinto abierta?
Una vez que se abre, el aire penetra al interior de la botella y, por tanto, empiezan a ocurrir cambios en el sabor y aroma del vino. El vino tinto se debería consumir inmediatamente luego de abrirlo, pero puede conservar sus características máximo por 2 días.
Lo más conveniente para reducir la degradación del vino, es colocar nuevamente el corcho que traía. No obstante, lo ideal para mantener por más tiempo las características en una botella de vino tinto abierta, es colocar un corcho especial que cuenta con un sistema para eliminar el oxígeno.
¿Cómo mantener el vino frío en la mesa?
Para esto, lo mejor es colocarlo con una cubeta donde se mezcle agua con cubitos de hielo, en proporciones iguales. De esta manera, el vino irá tomando la temperatura ideal gradualmente y no sufrirá cambios que afecten su estructura.
Como referencia, con este sistema un vino blanco alcanzará la mejor temperatura para consumirlo entre 10 a 12 minutos. Por su parte, un espumante necesita unos 15 minutos, mientras que un tinto de reserva estará listo en 5 minutos para disfrutarlo en tu paladar.
¿El vino se pone en la nevera?
Los somellieres consideran que en la nevera nunca encontrarás las condiciones ideales para conservar el vino. Por otra parte, en la nevera se acostumbra a conservar otros alimentos, por lo que su sabor y olor puede penetrar rápidamente en el vino abierto o a través del corcho.
De tal manera, dentro de la nevera el vino irá perdiendo aroma y muchos de sus matices, llegando a sufrir procesos de oxidación. Además, no se alcanzan adecuadas condiciones de humedad y la luz que incide al abrir constantemente la nevera, también afectará su cuerpo.