Mi pareja no hace nada en casa: cómo solucionar las crisis de reparto de tareas
Según muchos estudios de pareja, se ha demostrado que uno de los problemas más comunes cuando las parejas se van a vivir juntos está relacionado con el reparto de las tareas del hogar. Conseguir un equilibrio no siempre es fácil, de aquí que sea un tema problemático para un porcentaje importante de las parejas.
Pero el problema se incrementa cuando una de las partes intenta escaquearse de esas tareas e intenta que la otra parte haga todas. Eso puede crear un conflicto que en ocasiones puede llegar a incluso a poner en riesgo el futuro de la pareja si no se resuelve rápido.
¿Qué son las tareas del hogar?
Son las tareas que van ligadas al mantenimiento del hogar. Para que te hagas a la idea, entre otras cosas podemos incluir hacer la comida, lavar la ropa, limpiar la casa, hacer las camas, hacer pequeños arreglos… Todas esas tareas deben ser realizadas por ambas partes de la pareja para que la casa esté bien organizada y así poder tener un hogar cómodo.
El problema viene dado en que en ocasiones no es fácil una distribución. Eso puede provocar problemas de pareja que en muchas ocasiones solo pueden ser solucionados con la ayuda profesional. Si ves que tu pareja no te ayuda con las tareas del hogar, la ayuda de un buen terapeuta de pareja será muy útil.
Por ejemplo, puedes ponerte en contacto con los terapeutas de parejas de Proyecto ART. Ellos analizarán tu caso y harán una terapia de pareja adecuada. El objetivo será demostrar a la otra parte que tiene que ayudar por el bien de la pareja y así conseguir un equilibrio de tareas. Puede parecer complicado, pero la tasa de éxito es elevada. Gracias a las terapias las parejas vuelven a estar unidas y pueden volver a ser felices una vez más.
¿Por qué es importante el reparto de las tareas?
En una relación de pareja, es fundamental que ambos compartan las responsabilidades del hogar para evitar sentimientos de agotamiento y desigualdad. Cuando las tareas no se distribuyen de manera equitativa, pueden surgir frustraciones que afectan la relación emocionalmente.
El reparto de tareas incluye no solo limpieza y orden, sino también otras responsabilidades como la compra de alimentos, la gestión financiera, el cuidado de los niños o mascotas, y la planificación de actividades familiares. Un equilibrio en estas tareas es esencial para evitar que uno de los miembros se sobrecargue mientras el otro permanece inactivo, lo que contribuye a una convivencia armónica y justa.
Principales motivos por los que no hace nada en casa
Actualmente pueden existir diferentes motivos por los que una de las partes no quiere hacer las tareas del hogar. Según los estudios, los hombres suelen ser los que más se intentan escaquear, pero poco a poco las mujeres también van ganando importancia en ese escaqueo.
Uno de los principales motivos es la desigualdad en educación. Cuando una persona se ha educado pensando que no tiene que hacer nada en casa, cuando convive con otra persona también tenderá a pensar lo mismo.
Pero ese no es el único motivo, hay otros como la falta de comunicación, falta de habilidades o algún tipo de carga emocional. Conocer el motivo es importante para intentar darle la mejor solución posible. Por suerte, en la gran mayoría de ocasiones con un poco de trabajo la persona se dará cuenta de la situación y cambiará su dinámica.
Consejos para solucionar el problema del reparto de las tareas
Las crisis de reparto de tareas domésticas en pareja son una fuente común de tensiones y malestar. Para solucionarlas, es esencial comenzar con una comunicación abierta y honesta. Hablar sobre cómo se sienten ambos respecto al reparto de responsabilidades puede ayudar a identificar las fuentes del conflicto. Es importante evitar reproches y expresar los sentimientos en primera persona, como “Yo me siento abrumado/a cuando las tareas no se reparten”.
Una vez que se ha hablado sobre el problema, el siguiente paso es organizar y asignar las tareas de manera equitativa. Crear una lista de las tareas del hogar y asignarlas de acuerdo con las habilidades y preferencias de cada uno puede hacer que la distribución sea más justa. Además, establecer un calendario o rutina semanal garantiza que todos estén al tanto de las responsabilidades y evita que se acumulen.
La flexibilidad es clave. Es importante respetar los límites de cada uno y tener en cuenta que, en ciertos momentos, uno de los dos puede estar más cansado o tener menos tiempo disponible. Ser comprensivos y ajustar las tareas a las circunstancias es vital para evitar frustraciones innecesarias. También es esencial reconocer el esfuerzo del otro. Agradecer y valorar las contribuciones refuerza el compromiso y fomenta un ambiente colaborativo.
El reparto justo de tareas no implica una división igualitaria al 50%. Equidad es la palabra clave; las tareas deben distribuirse según el tiempo y esfuerzo que cada uno puede ofrecer en un momento determinado. Además, es importante que ambas partes estén dispuestas a ajustar las responsabilidades a medida que cambian las circunstancias. Mantener una comunicación continua y estar dispuestos a colaborar de manera flexible son aspectos esenciales para lograr un hogar armonioso y sin tensiones.
¿Cómo conseguir un equilibrio de tareas en pareja?
No siempre es fácil conseguir un equilibrio porque suele ser común que una de las partes sienta que está haciendo más que la otra parte.
Para conseguirlo, la comunicación es realmente importante. De igual manera, también hay que crear un listado de taras para que ambas partes sepan lo que hace la otra parte. Normalmente se deben asignar según las habilidades de cada parte, así es mucho más fácil desarrollarlas, es decir, hacerlas no resulta tan pesado.
Un calendario siempre suele ser interesante, aunque la flexibilidad y adaptación son conceptos que hay que tener en cuenta para obtener un buen resultado. Y como comentan los terapeutas de pareja, siempre hay que apreciar el esfuerzo de la otra parte y aceptar que no todo se va a hacer perfecto.