Diferencia entre cédula de habitabilidad y licencia de primera ocupación
Muchos usuarios saben que deben contar con algún documento que acredite la habitabilidad de su vivienda, pero no conocen realmente en qué consisten los documentos básicos. A continuación te contamos qué es la cédula de habitabilidad y en qué consiste la licencia de primera ocupación y te presentamos las principales diferencias entre ambas licencias.
Qué es la cédula de habitabilidad
La cédula de habitabilidad es un permiso administrativo expedido por la Dirección General de la Vivienda de la Comunidad Autónoma en que se ubique la vivienda en el que se certifica que se trata de un edificio que reúne las condiciones necesarias para ser habitado. Se trata de un documento que debe solicitarse en el ayuntamiento del municipio en el que esté ubicada la vivienda. Si se trata de viviendas de nueva construcción tendrá que solicitarla el promotor y entregarla a los propietarios de las nuevas viviendas de la finca.
La cédula de habitabilidad es necesaria para registrar y escriturar la vivienda. Se trata del documento que te solicitará el notario para formalizar la compra y se usa como una especie de mecanismo para proteger a terceros compradores, garantizando que se trata de una vivienda que cuenta con unos requisitos mínimos de habitabilidad cuando vayan a adquirirla.
Para solicitar una cédula de habitabilidad se debe aportar la dirección y los datos relevantes sobre la ubicación y determinación de la vivienda que se quiere certificar. También se debe indicar la superficie útil de la vivienda, y es importante añadir una descripción detallada del inmueble señalando el tamaño y la disposición de las habitaciones. Además, la certificación de la vivienda debe determinar un umbral máximo de ocupación y debe contar con plena identificación del experto que haya realizado la inspección.
La cédula de habitabilidad es necesaria cuando se termina de construir un inmueble y cuando se pretende venderlo o alquilarlo de forma legal. Del mismo modo, existen algunas situaciones concretas en las que no se exige este documento, como por ejemplo, si se quiere vender una vivienda, no con la intención de habitarla, sino para realizar reformas o reconstrucciones y destinar después el espacio a un fin diferente al de una residencia. Por otro lado, también se puede evitar la cédula de habitabilidad si se hace constar en la escritura que el inmueble no va a utilizarse para usos residenciales.
De esta forma, dentro de las cédulas de habitabilidad podemos encontrar la de primera ocupación, la de segunda ocupación y la de primera ocupación por rehabilitación. La de primera ocupación es la más popular, y básicamente es un certificado que acredita que se están cumpliendo los requisitos mínimos de habitabilidad en la vivienda de reciente construcción que queremos habitar de forma legal. Se trata de una primera cédula que expide el ayuntamiento sobre un inmueble, y normalmente la suele solicitar el promotor de la construcción.
Por otro lado, la cédula de habitabilidad de primera ocupación por rehabilitación es de aplicación a los inmuebles que han sido objeto de grandes reformas. Se trata de una cédula de primera ocupación con características similares a la primera, ya que ambas son necesarias tras terminar un proceso de construcción. Del mismo modo, la cédula de habitabilidad de segunda ocupación no está relacionada con ningún proceso de construcción o reforma, sino que es necesaria para los edificios ya edificados que hayan sido habitados con anterioridad y que vayan a ser destinados a un uso habitable, o que vayan a cambiar de propietarios.
Esta cédula de segunda ocupación es necesaria para poder dar de alta de nuevo servicios básicos como la instalación de la luz, del agua o del gas, como hemos podido revisar gracias a los expertos de Arkespai. Del mismo modo, para algunos bancos es un requisito indispensable a la hora de conceder un préstamo hipotecario. Por otro lado, también resulta clave el tramitar esta cédula de habitabilidad de segunda ocupación si se quiere alquilar, vender o ejercer algún tipo de acto jurídico que traslade la propiedad de un inmueble.
Qué es la licencia de primera ocupación
Por otro lado encontramos la licencia de primera ocupación. Se trata de otro de los documentos básicos con los que se debe contar para vivir en una casa de forma legal. La licencia de primera ocupación es un documento que expide el ayuntamiento de la ciudad o pueblo en que se ubique la vivienda en cuestión y que da el visto bueno para ocupar la vivienda porque esta cumple con todos los requisitos necesarios para ser habitable.
La licencia de primera ocupación es un documento que resulta imprescindible solicitar para poder contratar los suministros básicos de la casa como la luz, el agua o el gas. Si no cuentas con estos documentos las compañías suministradoras no podrán darte de alta legalmente en los servicios. De esta manera, la licencia de primera ocupación es básicamente uno de los tipos de cédula de habitabilidad que existen, y que debe solicitarse para poder habitar una vivienda de forma legal tras su construcción, acreditando de esta manera por parte de un profesional que la nueva vivienda cumple con los requisitos técnicos y de habitabilidad necesarios para poder habitarla como una vivienda legalmente construida.
Diferencias entre la cédula de habitabilidad y la licencia de primera ocupación
De esta forma, existen diferencias básicas entre la cédula de habitabilidad y la licencia de primera ocupación. La mayoría de personas suelen confundir ambos términos y consideran que la licencia de primera ocupación y la cédula de habitabilidad son la misma cosa o el mismo documento, pero esto sólo es cierto si se trata de un edificio recién construido.
De esta forma, la cédula de habitabilidad también se puede solicitar para los edificios reconstruidos que ya estén habitados, pero que hayan sido sometidos a algún tipo de reformas. De esta manera, la licencia de primera ocupación es un tipo de cédula de habitabilidad, pero existen más tipos dentro de estos certificados.
Es por estos motivos que la cédula de habitabilidad y la licencia de primera ocupación si diferencian principalmente en que la primera es necesaria tanto en los inmuebles nuevos como en los inmuebles antiguos, mientras que la licencia de primera ocupación simplemente es aplicable a los inmuebles recién construidos.
Del mismo modo, otra de las diferencias básicas entre estos dos tipos de certificados es su ámbito de aplicación. Así, podemos encontrarnos con diferencias entre las diferentes comunidades autónomas, ya que en todas ellas no se exige la cédula de habitabilidad, pero sí la licencia de primera ocupación. Por ejemplo, las viviendas de Murcia, Cantabria, Cataluña, Navarra, la Rioja y Asturias deben renovar la cédula de habitabilidad mientras que en Aragón, Madrid, Andalucía, Castilla y León y Galicia no es necesaro renovar la cédula de habitabilidad una vez obtenida la licencia de primera ocupación para una vivienda.